martes, 9 de septiembre de 2025

Primer escrito.

Durante el tiempo que llevo de cursar la carrera de filosofía, pocas veces me he llenado de una sensación de vacío tan profunda como con Bataille. Creo firmemente que existen razones en el mundo, ya sea místicas o motivadas por el subconsciente de cierta forma que algo nos lleva directamente hacía los conocimientos que debemos tener, pareciera que existe alguien detrás de la escena imaginaria de mi vida y de vez en cuando me dice "hey, toma, lee esto" y por alguna razón todo encaja en el momento en el que tiene que hacerlo y así me sentí con La experiencia interior.
Toda mi vida he tenido cuestionamientos acerca de Dios, creo que todos tenemos en cierta medida esa preocupación metida en la cabeza, no es para menos, crecimos rodeados de ritos católicos, figuras religiosas y morales aplastantes que desde la primera etapa de vida nos mantienen atrapados en la idea de ese ser todopoderoso que nos castigará o nos recompensará dependiendo de nuestra conducta. Yo tuve una formación muy religiosa, en cierta forma era una manera de lidiar con el aburrimiento y encontrar en la religión una especie de placebo para una enfermedad que no expresaba ningún síntoma, pero con el tiempo se volvió insatisfactoria, por un lado las contradicciones entre los escritos bíblicos y por el otro la doble moral de los creyentes, que no responde realmente a la satisfacción de la necesidad espiritual, sino a la esa idea conservadora, estricta y cuadrada que se ha resistido a desaparecer desde hace décadas o tal vez siglos, me refiero a todas esas personas que se sentaban hasta en frente de la iglesia todos los sábados, gente de cincuenta o más años que claramente buscaban algo en la religión, pero seguro que no era a Dios porque en realidad no sabían nada o casi nada de lo que oían o leían de la misa cada semana y que muy seguramente eran personas detestables en sus vidas diarias, todo esto me puso a pensar en como las personas de mi generación vemos a la experiencia espiritual, a pesar de lo que pienso de la institución de la iglesia de cualquier religión, creo que el opuesto extremo, el del cientificismo más arraigado, no constituye una buena alternativa, conozco a un par de compañeros que recurrieron a una carrera en ciencias bajo esta premisa de huir de lo que ellos consideraban "sin sentido", aún así nos noto a todos muy perdidos, siempre buscando un propósito y agarrando el primero que tengamos disponible a la mano, temerosos de la muerte y del sufrimiento, alejados de lo que podría ser una verdadera experiencia interior. 
El texto de Bataille fue escrito en un momento en el que la comunicación era completamente diferente, ahora pareciera que el internet nos ha unido en todo sentido, a era de la globalización ha ampliado la experiencia de lo colectivo, pero aún con todo eso se siente una profunda sensación de desconexión, sobre todo después de la pandemia pareciera que es mas difícil crear esas conexiones, al menos yo me he sentido así, como si fuera mas complicado entablar una conversación con alguien, aunque solo sea para algo tan casual como pedir una tarea o preguntar donde está un salón que no conoces, tal vez sea parte de crecer, pero aun así eso en cierta medida afecta la experiencia general de como se percibe el conocimiento ,de como vivimos los espacios que habitamos, en donde ya no vemos compañeros sino extraños, cada quien en su mundo individual, cada uno parte de su propio océano personal.
Algo en Bataille me hizo pensar en Dr. Manhattan de la novela grafica de Watchmen, el hombre que alcanza el poder de Dios pero al coste de eliminar su experiencia humana, que puede saber todo y ver todo, pero que se inutiliza a si mismo, desconectado de la moral y el afecto, solo a la deriva del tiempo presente, en cierta forma el es ese océano que describe Bataille con referencia a Nitche, ya no está atrapado en ningún proyecto humano sino en una totalidad, vive desnudo literalmente, decide tomar forma humana pero su piel es azul, cercano a lo humano pero al mismo tiempo se excluye de el, usa a las mujeres únicamente como objeto para su deseo y como única forma de conexión humana pero incluso el, al confrontar a Laurie, al final logra encontrar ese ligero atisbo de la experiencia interior, al encontrarse con la improbabilidad milagrosa de la vida, ahí se encuentra con el vértigo de lo imposible, el Dr. Manhattan muestra al hombre que perdió su humanidad la perderse completamente en el todo.
 

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